Titulo TOP 10

A raíz de mis publicaciones sobre Verdi y la del TOP 10 de las óperas más representadas, recibí comentarios variopintos. Destaco lo que decían que las óperas que conformaban ese TOP era lo normal, pues son las mejores; y otros decían que es una pena que la gente sólo vaya a ver esas óperas, siempre las mismas, sin molestarse por escuchar otras alternativas disponibles entre el enorme número de títulos operísticos existentes a disposición del interesado.

9/3/20243 min read

A raíz de mis publicaciones sobre Verdi y la del TOP 10 de las óperas más representadas, recibí comentarios variopintos. Destaco lo que decían que las óperas que conformaban ese TOP era lo normal, pues son las mejores; y otros decían que es una pena que la gente sólo vaya a ver esas óperas, siempre las mismas, sin molestarse por escuchar otras alternativas disponibles entre el enorme número de títulos operísticos existentes a disposición del interesado.

Y es que, en efecto, tenemos esos dos tipos de aficionados a la ópera: los que simplemente escuchan un limitado número de títulos habituales (en muchas versiones interpretativas, sí, pero siempre los mismos títulos) y los que buscan títulos diferentes, fuera del camino trillado.

¿Cuál de las dos opciones es más válida? La respuesta no admite discusión: las dos son igualmente respetables. Cada uno busca lo que más le hace disfrutar.

Ahora bien, si se limita lo que se escucha, también se limita la oportunidad de encontrar nuevas óperas que, incluso, podrían hacer disfrutar más que ese limitado número de títulos habituales.

Pensemos en otros campos de la vida: a unos les encantará la pizza, y probarán distintas variantes, y disfrutarán mucho con ello. Pero no se limitan a comer sólo pizzas, seguros de que habrá otros platos que puedan gustarle tanto o más.

O quien guste de viajar, no se limitará a visitar una y otra vez un lugar. Seguro que busca nuevos destinos, nuevos atractivos, nuevos paisajes, nuevas culturas, nuevas sensaciones.

¿Por qué, entonces, limitar las opciones en el campo de la ópera?

Cuando se empieza en algo, es esperable que sea con lo más famoso o representativo.

Pero entiendo que, una vez que se domina esa base, es normal querer ampliar horizontes.

Sin ese interés, se renuncia a la posibilidad de encontrar nuevas fuentes de disfrute.

De hecho, las óperas habituales hoy, seguramente no lo serán mañana, pues los gustos de la gente van cambiando con los años. Algunos autores perdurarán como clásicos, siempre disponibles, pero otros ganarán el favor de la gente. Como le pasó a Gustav Mahler en vida, su tiempo aún no había llegado. Hoy los conciertos y grabaciones de sus obras se cuentan por millares.

Vuelvo a la cuestión inicial: ¿qué es más habitual: los que se limitan a un cierto número de óperas habituales o los que exploran otros títulos?

Mi sensación es que es mucho más habitual el primer caso.

Me baso en lo siguiente:

Como asistente habitual al teatro, veo que el público llena las localidades cuando la ópera está en el TOP 10. Si la ópera es poco frecuente (no me refiero a una ópera de lenguaje difícil, sino a que no es tan conocida) el teatro no se llena.

Por otra parte, sabéis que tengo una web de libretos de ópera:

https://libretosdeopera.com

Sólo tengo que ver cuáles son los libretos que más se descargan para verificar que, efectivamente, y con gran diferencia, la mayoría busca los títulos mayoritarios.

Y una razón más, basada en mis publicaciones en Facebook, que podéis ver aquí:

https://www.facebook.com/profile.php?id=61550470401987

Cuando mis publicaciones han sido sobre Verdi, el TOP 10, han provocado muchas reacciones y comentarios.

Cuando han sido sobre óperas infrecuentes (Ariane, de Massenet; La Nave, de Montemezzi; Chopin, de Orefice; Maremma, de di Cagno; La Esmeralda, de Louise Bertin; La Veglia, de Pedrollo, las óperas de Lalo; The Travelling Companion, de Stanford; las óperas de Licinio Refice; Eva, de Foerster; Soeur Béatrice, de Mitropoulos; Juha, de Merikanto; Le preziose ridicole, de Lattuada; Mârouf, de Rabaud; Hypermnestra, de Gervais) no ha habido prácticamente ninguna reacción, han pasado desapercibidas.

De todas esas óperas que he mencionado, además de una breve reseña para conocer al autor y la obra, proporcionaba un enlace gratuito donde poder escucharla y facilitaba también el libreto traducido al español (que es lo primero que se intenta buscar para disfrutar mejor de la ópera).

Pues os aseguro que no se ha producido ni una sola consulta de los libretos de las mencionadas óperas.

Y volvemos nuevamente a la cuestión inicial, que creo que da lugar a debate, y me encantaría que comentaseis y dieseis vuestras razones:

¿Eres de títulos de repertorio o prefieres explorar otras óperas? ¿Por qué?